domingo, 29 de julio de 2012

CONTEXTO ECONÓMICO


Fuente: Redacción propia
Citas bibliográficas: Al pie de página

CONTEXTO ECONÓMICO

           El escenario económico en el cual se desempeñan las empresas PyMEs argentinas se encuentra fuertemente influenciado por el proceso de transformación a nivel macroeconómico cuyo albor lo encontramos en los comienzos de la década del noventa.

          La apertura externa en el marco del proceso de globalización de la economía, provocó un incremento en la presión competitiva, a causa de la indiscriminada importación de bienes, insumos y equipos, sin una adecuada regulación arancelaria que en un plazo razonable les permitiera a las empresas argentinas ajustarse a las nuevas reglas de mercado. Las PyMEs proveedores de empresas multinacionales tuvieron que transformar rápidamente sus estructuras productivas para continuar en actividad, como le ha ocurrido a empresas proveedoras de grandes terminales automotrices al alterarse el mercado de partes y piezas.

          Otro factor de importancia ha sido el proceso de privatizaciones y concesiones de servicios públicos, que tuvo efectos no solo macroeconómicos sino también sobre las cuentas fiscales, la distribución del ingreso y la competitividad. Esta última se vio modificada por cambios en las modalidades de prestación de servicios, como también, por la aparición de fuertes grupos empresarios en actividades que antes se encontraban en la órbita estatal. Las PyMEs se vieron alcanzadas por cambios en las normas de aprovisionamiento y subcontratación que afectaron su desempeño y las obligaron a encarar procesos profundos de reestructuración.

          La constante evolución tecnológica originó profundos cambios en los procesos productivos alterando notablemente el equilibrio de fuerzas en el mercado, provocando que un gran número de PyMEs quedaran rezagadas en la revisión de su perfil productivo y en la incorporación de nuevas tecnologías, y condenando a otras a la desaparición.

          También ha impactado significativamente la modificación de los precios relativos básicos relacionados con la actividad industrial, por ejemplo costo laboral, tasa de interés real, tipo de cambio real, inversión, presión impositiva, etc., así como las relaciones de los precios entre bienes nacionales e importados, transables y no transables.

          Si aceptamos que en su evolución la economía marcha hacia sociedades “basadas en el conocimiento”, la calificación del personal empleado por las PyMEs reviste suma importancia. Es entonces cuando se pone de manifiesto las deficiencias de un sistema educativo que no se articula con el sistema productivo, que ha sido descuidado en diferentes etapas de la vida nacional por el Estado y por el cual las empresas han realizado esfuerzos aislados e insuficientes.

          La flexibilización laboral en nuestro país, tuvo como objetivo permitir a las empresas alterar el número de empleados al menor costo posible, para adaptar su estructura a las condiciones cambiantes del mercado, pero en ocasiones ha provocado la precarización de la relación laboral y se constituye en una fuente de probables conflictos.

          Luego del proceso de crisis que se profundizó en los años 2001 y 2002, se inicia una nueva etapa de recuperación de un proyecto nacional y popular basado en el mercado interno, el equilibrio de las cuentas fiscales y un superávit en la balanza comercial que permitieron el resurgimiento de un número importante de PyMEs.

          Si bien los problemas de financiamiento subsisten, nos encontramos con incentivos de consumo que motorizan los nuevos emprendimientos.
           La adecuación a este contexto hace que las PyMEs, por tener una mayor flexibilidad estructural, puedan aprovechar las oportunidades del mercado de manera más rápida y eficiente.
          

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